1. Selección de brillo: El brillo de las farolas LED está directamente relacionado con la intensidad y cobertura del efecto de iluminación. El brillo generalmente se mide en lúmenes y cuanto mayor sea el valor de lúmenes, más fuerte será la salida de luz de la farola. A la hora de elegir la luminosidad de las farolas LED, es necesario tener en cuenta las necesidades específicas de iluminación. Por ejemplo, en las autopistas y las calles principales de la ciudad, es necesario garantizar que los conductores puedan ver claramente la carretera y las señales de tráfico durante la noche y en condiciones climáticas adversas, por lo que es necesario seleccionar farolas con una alta salida de lúmenes. En áreas residenciales y callejones, se pueden seleccionar farolas con menor potencia lumínica para equilibrar las necesidades de iluminación y el consumo de energía.
Los estándares de iluminación también son un factor importante a la hora de determinar la selección de brillo. Diferentes países y regiones pueden tener diferentes estándares de iluminación, que generalmente guían el rango de brillo óptimo para la instalación de alumbrado público para garantizar que se minimice el desperdicio de energía y al mismo tiempo satisfacer las necesidades visuales y de seguridad. Tener en cuenta las condiciones ambientales también es clave para la selección del brillo. En áreas con contaminación lumínica severa o iluminación ambiental intensa, es posible que se requieran farolas LED de mayor brillo para garantizar la efectividad del efecto de iluminación.
2. Selección del color de la luz: El color de la luz de las farolas LED no solo afecta la percepción visual, sino que también afecta directamente la comodidad y aplicabilidad de las farolas. El color de la luz está determinado principalmente por dos aspectos: la temperatura del color y el índice de reproducción cromática (CRI).
La temperatura de color se refiere a la apariencia del color de las fuentes de luz LED, generalmente expresada en Kelvin (K), y se divide en varios tipos, como blanco cálido, blanco natural y blanco frío. El color de luz blanco cálido (2700-3000K) es similar al de las lámparas incandescentes tradicionales y generalmente se usa en áreas que requieren un ambiente cálido y confortable, como áreas residenciales y senderos. El blanco natural (4000-4500K) está entre el blanco cálido y el blanco frío y es una opción común en muchas áreas urbanas y lugares públicos, ya que proporciona buena visibilidad y efectos de iluminación confortables. El color de luz blanco frío (5000-6500K) se acerca más a la luz natural y es adecuado para lugares que requieren alta visibilidad y claridad, como carreteras y áreas industriales.
Otro factor importante es el índice de reproducción cromática (CRI), que es un indicador para evaluar la autenticidad del color mostrado por la fuente de luz. Generalmente, cuanto mayor sea el CRI (generalmente por encima de 80), más realista y natural será el color del objeto mostrado por la farola LED. En entornos donde se requiere una discriminación precisa del color, como áreas comerciales y farolas decorativas artísticas, es particularmente importante elegir farolas LED con altos valores de CRI.
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